Pastel de verduras sin horno

Pastel de verduras sin horno

Quiche de verduras de sabor intenso

¿Tienes invitados? Montar barras de quiche con verduras más inusuales, como escarola, hinojo y lechuga romana, importantes fuentes de fibra, vitaminas y minerales. El relleno debe ser cremoso pero consistente, para que las bases de verduras aguanten bien en la bandeja.

Si quieres reducir el contenido calórico, aprovecha la cremosidad de las propias verduras y reserva el líquido (leche desnatada o bebida vegetal vale). Incluso las verduras se convierten en crema: la crema de espinacas es una forma de incluir las poderosas hojas de color verde oscuro en el menú.

Pastel de verduras fácil y rápido

Para el relleno: cortar las verduras en rodajas muy finas a lo largo. Cuando la masa se haya enfriado un poco, forrar una fuente de horno (26 cm) con la masa. Extiéndalo bien, forrando también los lados del molde. Colocar las rodajas de verduras a lo largo, de pie, alrededor del molde, empezando de fuera hacia dentro, alternando las verduras: zanahoria, berenjena y calabacín, hasta llenar todo el molde hasta el centro. Parecerá una flor con pétalos de colores, ya que tendrás que seguir el movimiento circular del molde.

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Receta de quiche de verduras y atún

Mezclar las harinas y la sal en un cuenco. Hacer un hueco en el centro y verter la mantequilla derretida, el huevo revuelto y el agua. Mezclar bien y, si es necesario, añadir otra cucharada de agua. Trabajar la masa sobre una superficie enharinada hasta que esté elástica.

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Cortar todas las verduras con un pelador de zanahorias. Sazonarlas con una pizca de sal antes de montar la tarta (creo que este paso hace que las verduras suelten algo de agua, haciéndolas más maleables, facilitando el laborioso proceso de montaje, además de dar algo de sazón a las verduras que están “en el aire”).

Colocar las verduras empezando por el exterior. Intenta que todos tengan la misma altura, cortando un poco por un lado, dejando la parte pelada hacia arriba. Terminar con una roseta hecha con la piel del tomate.

Quedó precioso, ¡por supuesto! Pero lo mejor fue que la rebanada salió impecable. Hace tiempo que quiero hacer una tarta así, pero la pereza del montaje ha ido posponiendo mis planes (y hasta mediados de noviembre mi tiempo libre es muy escaso…).

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