Filetes de bacalao al horno

Filetes de bacalao al horno

Sabrosos filetes de bacalao

Pelar las cebollas, cortarlas en medias lunas o en rodajas y ponerlas en una sartén. Añadir el resto del aceite de oliva, calentar, añadir la hoja de laurel y cocinar hasta que las cebollas estén doradas. Sazona con sal y pimienta, añade un poco de guindilla en rodajas si quieres y apaga el fuego. En otra sartén, freír las lonchas de jamón en un poco de aceite de oliva hasta que estén crujientes, retirar y dejar escurrir.

Sacar el bacalao del horno, abrir los paquetes, repartir por encima la mezcla de cebolla, añadir las lonchas de jamón fritas, espolvorear con perejil picado y servir con patatas cocidas. ¡El bacalao en plata con jamón ahumado está listo!

Recetas de filetes de bacalao fresco

En el supermercado se pueden encontrar patatas fritas de bacalao a buen precio. Siempre vale la pena tenerlo en casa, ¡congelado!    El bacalao es un alimento nutritivo, fuente de proteínas, calcio, hierro, minerales y vitaminas del complejo B.    Cada 100 g de bacalao tiene aproximadamente 160 calorías.

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Nunca congele el bacalao aún salado. Si el bacalao es seco y salado debe conservarse en frigorífico, nunca a temperatura ambiente, en armarios, estanterías. Sáquelo del envase y póngalo salado en un tarro limpio y seco con tapa.

Después de desalarlo. Escurrir bien el agua (tanto de las chuletas como de las rodajas). Mételos en bolsas zip o bolsas de vacío y llévalos a una envasadora al vacío. Se conservan en el congelador hasta 8 meses (tenga en cuenta la fecha de caducidad).

Receta de filetes de bacalao fresco al horno

Pelar los berberechos, lavarlos y escurrirlos; freírlos en aceite caliente, escurrirlos de nuevo y sazonarlos con sal, pimienta y pimentón. En una sartén, calentar el aceite de oliva, añadir los dientes de ajo picados y, poco después, las rodajas de cebolla; remover, dejar rehogar hasta que empiecen a dorarse y retirar.

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Derretir la mantequilla en una sartén y espolvorear con harina. Dejar que se dore durante un minuto. Retirar del fuego y añadir el agua de cocción del bacalao, removiendo con una cuchara de madera.    Añade la leche.    Volver a poner el cazo al fuego y remover constantemente para que espese.

Batir las claras a punto de nieve e incorporarlas con cuidado a la nata.    Repartir esta mezcla en cuencos individuales de fuente refractaria engrasados y enharinados.    Espolvorear con queso rallado.

Secar muy bien los filetes de bacalao con un paño. Se espolvorean con pimentón y se fríen en aceite, previamente calentado, a fuego moderado.    Darles la vuelta con una espumadera y dorarlos por ambos lados.    Escurrir sobre papel absorbente.

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